En aquel año nadie apostaba por que los Warriors llegaran tan lejos formando un equipazo de estrellas.
El primer año que ganaron el anillo, el equipo estaba formado por grandes jugadores como podían ser Curry (ya al máximo nivel), Klay Thompson, Harrison Barnes, David Lee (actualmente jugando en los Spurs) y Andrew Bogut (australiano de nacimiento). Fueron jugadores en aquel momento no tan famosos pero que llegaron a lo que llegaron.
Al año siguiente se pusieron de reto ganar otro anillo. El futuro y las circunstancias no lo quisieron así, pero hicieron un récord para enmarcar en la historia de la NBA: 73 victorias y sólo 9 derrotas en 81 partidos disputados, cuajando así una temporada buena porqué King James y sus aliados le quitaron el anillo remontando una gran final.
Y llegaba el 2017, un año de poderío, un verano de ensueño y unas esperanzas máximas en el equipo.
En verano, se disponían a fichar a ni más ni menos...¡Kevin Durant!. El de Oklahoma dejaba los Thunder para embarcarse en la aventura del anillo. Y la teoría del principio de temporada se cumplió, porqué los Warriors de Curry, Durant, Thompson, Green, Mcgee, Livingston, Pachulia y West se llevaron el premio gordo, el anillo de la NBA.
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